sábado, 12 de mayo de 2012

Esteban Rams

Esteban Rams, ingeniero barcelonés, se muda a Buenos Aires donde ayuda en los negocios de su padre, se establece en el Paraguay luego, en fin, bla bla bla, el primer episodio singular de su vida es cuando navega río abajo por el Paraná llevando en la bodega del barco el ataúd con los restos de su esposa y se encuentra con Garibaldi - si, con Garibaldi Pum, a la sazón jefe de la marina montevideana en guerra con Buenos Aires - y lo asaltan, y se roban todo, los marineros de Garibaldi se llevan inclusive el ataud de su mujer con su mujer adentro. Luego el Almirante Brown se bate con Garibaldi en Costa Brava y lo vence - Garibaldi envía unos botes incendiados río abajo pero se los esquivan, al final abandona sus barcos y camina de vuelta a Montevideo - y recupera el ataud (con la mujer adentro). Y le devuelven todo a Esteban Rams. Lo segundo es que Rams se apasiona con la idea de que el Río Salado del Norte es navegable y se juega todo por eso. Gasta hasta el último centavo en abrir la vía de navegación. Da la casualidad que arremete el primer intento durante una crecida y puede remontar bastante río arriba. En la segunda vuelta se concentra en excavar canales en los tramos más playos. Tarda quince meses pero sigue creyendo que el Noroeste se comunicará con el Atlántico por este río diagonal. Quiere hacer con el río lo que los ingleses hacen con el ferrocarril: fundar colonias a su márgen que favorezcan y sean favorecidas por la navegación fluvial. El gobierno de Santiago del Estero le dona territorio convenientemente infestado de indios hostiles - lo que importa, pensarán los políticos, es la intención. Rams no se amilana: funda Icaño - al día de hoy uno de los lugares más miserables sobre la tierra - y para favorecer a Icaño y a su agricultura excava canales de irrigación desde el Salado que por cierto funcionan. Todos en Santiago copian a Rams la idea de la irrigación. Y el Salado, cuyo régimen era de por sí irregular (a lo sumo podría ser navegable mitad del año) básicamente se desangra para alimentar a las regiones desérticas que cruza. Ahora, en la actualidad, suele pasar el verano como un hilito de agua. Esteban Rams, empresario naviero que se encargó de enseñarle a la gente cómo secar el río donde quería navegar, se las arregla para morir de cólera (enfermedad de típica transmisión hídrica) en Icaño, uno de los lugares más secos del país.

3 comentarios:

  1. mire Ud, ni idea de la fundacion de Icaño, lugar digamos dejado de la mano de dios para ser mas elegante. Una gesta parecida a Aguirre, imagino un barcelones modernista (o de donde fuera en Icaño)

    de paso, el blogroll que tenia antes lo perdio?

    ResponderEliminar
  2. http://www.bibliotecajwa.com.ar/santiago.php?p=historia-de-icano

    ResponderEliminar
  3. Interesante ayj - en realidad no creo que fundara Icaño sino una "colonia Icaño" con pretensiones de modernidad y progreso. Me parece que en Icaño no se acuerdan mucho de Esteban Rams. Y si perdí todo lo anterior, es Entropía pura.

    ResponderEliminar