Ferguson acá es notorio adscriptor a la tesis de Max Weber: fue la frugalidad pujante del protestantismo lo que impulsó a la fracción anglosajona de Occidente a las mayores glorias.
Y hasta mira un poco en China y descubre que el cristianismo se propaga - aunque cuesta creer que tanto, que tal extraña doctrina puede tener tanto efecto allí. Pero Ferguson nos recueda que el marxismo no sería menos extraño en esas tierras y nos recuerda la Rebelión Taiping, una extraña cruzada religiosa basada en el misticismo cristiano que azótó al Celeste Imperio en el siglo XIX. Sospecha que los chinos podrían estar abandonando el confucianismo por un credo más capitalista.
Vuelto a Occidente se queja de la falta de fe de los europeos y los yankees de las grandes ciudades y cuando mira al cinturón bíblico norteamericano no tiene más remedio que aceptar que la religión allí pervive pero la encuentra mercantilizada, floja, dádiva de promesas como cualquier político en campaña, con esos pastores saltarines y gritones proclamando milagros. Poco infierno - ya John Steinbeck se había quejado de eso en "Travel with Charlie" décadas antes: los pastores de hoy no mandan al infierno a nadie.
¿y el Catolicismo? Bueno, se supone que es el compañero del fracaso desde el Iluminismo para acá. Desde que el rey español expulsó a los jesuitas cuando menos. Digna religión para los mestizos al sur del Río Bravo y los latinos europeos que hacen buenos vinos y pintan lindo pero de la revolución industrial no entendieron mucho.
Entonces, pues, si alguien está esperando el ascenso de un Papa Brasileurus para que acompañe el ascenso de Sudamérica al Primer Mundo, no tendría ninguna influencia. Sólo otra fuerza retrogradante.
Hay, sin embargo, algo nuevo: El movmiento evangélico, que le saca fieles al catolicismo todos los días. Y de los de verdad, a saber, pobres y poco educados, porque la gente de clase media ya casi no cree en la divinidad en todo el área occidental aunque todos digan cosas como "Bueno, yo creo que algo debe haber" "alguna inteligencia debe influir en el Universo" o cosas que no sean tan chocantes como negar a Dios.
No, los evangélicos se llevan gente de donde la gente todavía cree. No importa que sean protestantes, importa que son distintos que la religión oficial de todos estos países.
En nuestros Templos la Clase Media Católica hace como que aún cree mientras bautizan al nene de la prima Raquel y en los suburbios pobres los Pobres Creen de Verdad y saltan y gritan aleluyas en sus Templos Evangélicos.
Por fin alguien que nos hace pensar en algo que no sean las tonterías de nuestros políticos de turno. Esto está pasando y no lo miramos nada. Una nueva Fe, absolutamente Clasista, - ellos son evangélicos porque la chetada y la gringada es católica, desde luego - da nuevos bríos a esas clases pobres y mestizas que no insertaban bien en el Progreso, en el Consumo, en el Trabajo. No fueron las revoluciones, los cheguervaros, los zapatistas, los curitas tercermundistas, el corrupto sindicato, el puntero compravotos. ¿serán los evangélicos?
En venado Tuerto los templos católicos llegan hasta donde llega el asfalto. Mas allá la inundación
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