Para Spengler, que escribió un libro de lo más divertido, los griegos - a quienes asignaba el alma apolínea . sólo creían en las cosas y los concretos hechos y divagaciones tales como la infinitud los tenían sin cuidado. Pero los occidentales modernos a quienes aplicó el alma fáustica creen en otra cosa, una fuerza, una corriente, creen en el Proceso. En la Dinámica. Sólo un occidental como Newton pudo imaginar una fuerza a distancia como la gravedad y sólo otro occidental como Faraday el Campo - tal y como Faraday imaginaba el Campo. Y sólo un occidental como Darwin pudo imaginar la Fuerza de la Selección como motor de la Vida a través del Tiempo.
Estas cosas inasibles son más reales para nosotros que las cosas que se tocan y se palpan.
Un vez, hace unos siglos, el rey español Carlos III tenía un asesor italiano que le dijo que para solucionar el problema de terrible criminalidad en Madrid debía imponer el sombrero redondo y las capas cortas. Porque ocurre que en las mal iluminadas noches y aún en las penumbras del ocaso y la madrugada los portadores de sombreros triangulares y capas largas podían circular como personas decentes y de pronto, tras una esquina o una puerta, echarse la larga capa a la cara, enganchar la tela en alguna de las puntas del anguloso sombrero, exponer un buen cuchillo y asaltar un buen ciudadano sin que éste pudieses reconocerlo.
Entonces, pues, los soldados del Rey anduvieron por las calles secuestrando sombreros triangulares y cortando capas con sus espadas. La indignación de las pobres gentes por ver su ropa arruinada derivó, prontamente, en una rebelión ciudadana.
El Rey debió anular su decreto cuando ya iban a incinerarlo y luego huyó a un countrie y mientras tomaba un whisky en las rocas le dijo a su asesor italiano:
- ¿y ahora que hacemos?
- Majestad - dijo el tano - echémosle la culpa a los jesuitas.
Y se la echaron, decreto mediante, que expulsaba a los jesuitas de las posesiones del Rey, incluyendo misiones guaraníticas con acceso privilegiado a las Cataratas.
Ahora bien aquí los griegos le asignarían toda la culpa al italiano pero los historiadores occidentales no, los occidentales dirán que una institución medieval como las reducciones y posesiones jesuíticas varias ya no podía ser tolerada por reyes del Absolutismo Ilustrado y que todos ellos se encargarían de sacarlos de circulación, con una excusa u otra, en un largo proceso de acotación de la Iglesia en los asuntos seculares y poderes terrenales.
Y sí, puede ser. ¿ pero qué es el Proceso en cuestión? ¿ Una irresistible e invisible fuerza? ¿ Cómo saben un Rey y un italiano que al sacarse un problema de encima y a la vez eliminar una molestia estaban sumándose a una corriente histórica destinada a eliminar el poder real de la Iglesia en unos cuantos siglos? ¿porqué eso es más real y serio y verdadero que las capas y los sombreros?
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