El tipo, cuando los otros lo ven, inspira recuerdos más que incognitas. Lo abrazan, le dicen "te acordás..." dentro de las primeras veinte palagras que le dicen. El tipo se conoce que es una fracción del Pasado Ajeno molestamente insertada en el Presente. Intercambia teléfonos e invitaciones a cenar y luego huyen ambos: el tipo sabe que el Pasado está cómodo en el Pasado o requerido a voluntad ante una foto, una canción, una frase. Pero si se presenta de cuerpo entero y reclama antiguas lealtades y conjuras ya es molesto.
Eso le pasa al tipo que vuelve al Barrio diez años después, esas cosas. Antes fue por sí mismo y ahora sólo es un nudo de conecciones: su presencia remonta a otras cosas, otros hechos, otros lugares y acontecimientos. Como el tipo no puede traer todo ese bagaje consigo - es él nomás, todo lo que estaba conectado con él ya se ha ido - está incompleto y resulta, al fin, no asimilable. Invitarlo a cenar y que se presente significaría entablar una nueva amistad con un desconocido (uno que tiene cierta información nuestra, digamos).
Demasiada información perdida y demasiada nueva por asimilar. Es una cuestión de entropía.
Las cenas de ex compañeros de secundaria. El horror, el horror, don U.
ResponderEliminarpara alguien que se mudo 7 veces por todo el interior, es una pinturita
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