jueves, 7 de agosto de 2014

La Sociedad Carnotista y el inexistente Simihuinqui

La Sociedad Carnotista es estrictamente científica y cientificista. No cree en ningún charlatán de feria y menos aún en charlatanes de feria que por lo menos no sepan el Criterio de la Segunda Derivada y los principios básicos de la química.
El rejunte ocultista, místico, esotérico, platillista, newage, neonazi, peopacifista, hippismo, energía alternativas, vegetariano-filosófico y otras yerbas nos deja completamente indiferentes.
Los cultos secretos y agnósticos no nos mueven ni un pelo.
Los cultos secretos y agnósticos que proponen orgías iniciáticas con damas bien dotadas generan un cierto interés científico en el licenciado Lagger, pero nada más.  Además nunca encontró alguno donde lo invitaran. La Sociedad nunca creyó que en el cerro Urtorco, al norte del valle de Punilla, en Córdoba, aledaño a la localidad de Capilla del Monte y un poco más allá San Marcos Sierra, tenga ninguna propiedad especial de alguna clase.
La concentración de gente loca vendiendo pirámides energéticas, óleos, cantando mantras y viendo ovnis en la zona obedece a un criterio gregario del colectivo creyente en esas cosas. No es que ahí pase nada, pero se juntan los que quieren ver cosas  y consiguen verlas. Luego se reafirman unos con los otros. Un comercio subalterno de fruslerías del rubro alienta la presencia de los que ya viven de eso.
Al pie del Uritornco nunca estuvo entrerrado un objeto forjado por el dios vikingo-comechingón Voltan y entregado a la tribu para su custodia.
Herrera, un místico que habitaba en San Francisco de Córdoba, nunca estuvo en el Tibet donde recibió instrucciones de cómo encontrar el lugar para excavar el objeto.  Jam´s debió volver por la cordillera, llegar hasta el cerro y extraer con sus propias manos el Bastón de Mando, un objeto de piedra oscura alargado con una punta más redondeada que la otra.
Herrera, probablemente, se favoreció de un residual de objetos indios que aún se encuentran en la sierra - como morteros, hachas de piedra, puntas, etc... - y en su delirio místico le atribuyó un historial a esa piedra alargada.
Años después conoció al profesor Terrera y se lo delegó. Porqué un charlatán místico sintoniza con otro charlatán místico es una cuestión de protección del negocio común. Pepsi puede hablar pestes de Coca Cola y viceversa pero ninguna puede afirmar hablando de la otra que las bebidas carbonatadas son una porquería innecesaria para la Humanidad.
Además estos cruces y transferencias permiten validarse mutuamente, cruzar clientelas, rafirmarse. Terrera, en fin, cuya grey fue mucho mayor a la de Herrera, heredó la piedra y aumentó su leyenda. El profesor Saruma, un individuo ya new age y platillista que llevaba a la gente a la cumbre del cerro por las noches para cantar mantras y ver luces místicas - y que afirma que bajo la montaá está la ciudad subterránea de Erks - también visitó a Terrera y le pidió ver el Bastón.  En reciprocidad Terrera fue al cerro y vio luces.
En estas leyendas se nota, además, la influencia de charlatanerías mayores europeas aplicados a tierras sudamericanas.  Los cultos esotéricos naziformes, para aludir a la superioridad de la raza aria - algo difícil de mantener en la tierra de la cumbia y el fernet - hablan de antiguos vikingos que se extraviaron tras descubrir América antes de Colón y llegaron hasta, por supuesto, el Uritorco.  Los caballeros templarios habrían llegado a la Patagonia , huyendo de su exterminio en Europa, y trayendo el Santo Grial consigo.
En el Uritorco está actualmente la ciudad de los platos voladores, Parsifal el caballero místico, el Santo Grial, seguramente Adolfo Hitler, y no muy el lejos el Bastón de Mando lítico.
Entres los mitos para reafirmar esto se dice, desde luego, que el General Perón pidió el Bastón de Mando para que le diera energía pero los Doce Sabios que lo custodian se lo negaron.
Desde luego :
1) Perón está muerto.
2) Cuando estaba vivo nunca habló de este tema.
Por lo tanto el General jamás negó que fuera esto cierto y por lo tanto es cierto. Y así todo.
La Sociedad Carnotista, en fin, no tiene nada que ver con eso, no es la custodia del Bastón de Mando lítico, no es cierto que le fuera entregado a Gschwind nunca jamás, no es verdad que quienes afirman tener el Bastón de Mando tiene en realidad una réplica falsa y que sean los carnotistas los que ahora lo utilicen en ceremonias esotéricas para conectarse con el Cosmos.
Tampoco es verdad que la Sociedad haya puesto en venta el Bastón de Mando por un millón de dólares al mejor postor.
Eso no es así y el Licenciado Lagger desea aclarar además que por medio millón igual se puede entrar en conversaciones.

viernes, 25 de abril de 2014

Pupin y Heaviside

Como quiera que sea, después que tiraron el primer gran cable submarino para transmisión telegráfica de un lado al otro del Atlántico los mensajes se distorsionaban tras muchos kilómetros de cables y llegaban confusos. Puro ruido.
El Jefe de Telégrafos de su Majestad opinó que había que ponerle más potencia a la cosa, y le pusieron, a resultas de lo cual se quemó el primer gran cable submarino que cruzaba el Atlántico. En algún punto de su extensión su protección se habrá fundido, y kaput.
Heavisde opinaba exactamente lo contrario que el Jefe de Telégrafos de Su Majestad. No hacía falta más potencia, no hacía falta más capacitancia, sino más inductancia - que viene a ser, para ponerlo simple, como algo opuesto a la capacitancia.
Una bovina cada tanto distancia, para que el mensaje se retorciese sobre sí mismo y siguiese su camino.
Para el Jefe de Telégrafos de Su Majestad, había que gritar bien fuerte de una costa a la otra del Atlántico, para que el mensaje llegara bien..
Para Heaviside, no importaba que se debilite el grito, importaba que cierto eco lo mantuviese claro y limpio, No importa cuán débil, pero claro.
Publicó muy rápido, y se ocupó de la parte comercial muy luego, y la verdad es que su idea ya era de conocimiento generalizado para cuando atinó a sacar una patente. Habían expirados los cinco años de exclusividad y ya era - su idea - un bien de uso público.
Eso fue un gran problema para la ATT - American Telegraph and Telephonic Company _ porque lo que es de todos es de nadie y ellos querían la exclusividad sobre la idea de Heavisde.
No podían patentarla, pero podían patentar una mejora o variante sobre la misma.
Por cierto Heavisde no había aclarado cada cuánto convenía poner sus bovinas de inducción. Un investigador de la ATT, Campbell, halló una buena optimización de ello.
Pero a los abogados de la ATT les pareció que un invento - o mejora - interno sería voluble en los Tribunales. Cualquier juez diría que el monstruo capitalista se había birlado el genio de otro pobre inventor solitario Mejor comprar algo que la Oficina de Patentes ya le hubiese reconocido a un tercero.
En ese momento aparece Pupin, que había desarrollado lo mismo que Campbell, inclusive en forma más tosca, y le habían dado una patente por ello.
Le pagaron pues a Pupin medio millón de dólares por la patente del cable de larga distancia con bovinas de inductancia, un idea que básicamente era de Heaviside y que Campbell, de la propia ATT, había perfeccionado mejor.
Igual fueron a ver a Heaviside ,deseosos de contratarlo, pero les dio un portazo. Nunca le importó el dinero. Si le reconocían el mérito de la idea original estaba bien, sino que se fueran al demonio. Murió sordo, enfermo y pobre como había sido toda su vida.
Pupin iba cada tanto a la ATT, pero las frías miradas de los ingenieros que lo sabían titular de una idea principal que era ajena y una secundaria que otro había superado lo mortificaron más y más.
Publicó al fin "From inmigrant to inventor" y tuvo, otra vez, un éxito bárbaro. Fue el manual de todo escolar norteamericano que quisiera convertirse en giro-sin-tornillos durante varias décadas.
Para los que conocían toda su historia, el libro no sería en realidad el típico relato norteamericano sobre el triunfo personal sino un grito desde el Infierno dado por  alguien atormentado por la culpa de explotar un mérito ajeno.
Pero vaya uno a saber.