lunes, 28 de mayo de 2012

literatura de viajes II

..pero antes de todo eso a nuestro viajero Caldwell le pasan otras cosas raras con las mujeres. Llega a un paraje, antes del fortín El Tío, y como es el único en saber escribir le piden que redacte una carta. El servicio es para una mujer cuyo marido ha muerto lejos - la noticía de su muerte en la lejanía es lo que ha llegado - pero la cosa no es clara. La mujer, por eso mismo, le dirije la carta al finado, reclamándo precisiones sobre su estado, condición e intenciones. Fue extraño, dice Caldwell, y durante la redacción hubo momentos en que apenas pude contener la risa pese a que la pobre mujer me dictaba entre lágrimas (Caldwell, acá, confiesa en códigos de su época que se apena por su grosería, pero eso no nos importa ahora). No sabemos si está tan mal que la mujer le haya dirigido correo al difunto. Las cartas, en ese país sin correo oficial, eran entregadas de favor de mano en mano aproximándose al destino. Si lo sabrá Caldwell que quizás se salvó de ser degollado por algún poderoso por el simple proceder de ofrecerse como correo hacia su siguiente parada. Al fin, si el difunto estaba difunto, alguna alma piadosa a la que le constara el hecho devolvería quizás la carta acompañándola de una confirmación. Si el difunto no estaba difunto, en cambio, el mismo contestaría las dudas aclarándo que estaba vivo. Queda por analizar la posibilidad de que el difunto estuviera difunto y lo mismo contestara él la carta lo que daría certezas de: 1) Un excelente servicio de correo, que llega hasta la tumba y vuelve de ella, 2) La existencia del Alma humana y su vinculación post mortem con el mundo de los vivos Pueda ser que la mujer imaginara a la palabra escrita - que ella no dominaba - como una invoación divina, una conexión mágica, un Internet extraterreno. O puede que le resultase imposible no acudir al amado cuando le llegan noticias de la muerte del amado. Todo es muy conmovedor y Caldwell hizo bien en dejar testimonio de su verguenza.

domingo, 27 de mayo de 2012

y una zamba

Keynes + moneda subalterna = stan-flación

.. Si al Gobierno le preocupaban los compromisos externos del año en curso, con haber puesto a su mano las reservas del Central era suficiente remedio. Esta pretensión de controlarlo todo, en cambio, llevará al descontrol. Un montón de conductas que no estaban en la cuenta inicial tendrán lugar. Las fábricas estoquearán insumos importados y pedirán más, y en la medida que no les den dólares oficiales para reponer largarán los insumos que tienen sólo al precio paralelo. No darles verdes será frenar la producción y acelerar la inflación (stan-flación precisamente) y dárselos será para que vuelvan a stockear y pedir más. Ahora mismo una mitad de la cosecha de soja yace en los depósitos. Pese a sus apuros financieros los agricultores la atesorarán como nunca: los granos amarillos son vistos como el sustituto de los papeles verdes que ya no les dejan comprar. Estirarán su crédito comercial y bancario al límite, comprarán fertilizantes, herbicidas, semillas importadas, repuestos, todo lo dolarizable posible, endeudándose en pesos y reteniendo el físico. Los que les venden todas esas cosas tratarán de cobrárselas en pesos equivalentes a un dólar de seis pesos, a su vez. Otra vez: stan-flación.

jueves, 24 de mayo de 2012

Keynes con dracmas

Como dice la economía marginalista, un poco de agua dulce al lado del Paraná no vale nada y un trago de agua dulce en el Sahara vale más que los diamantes. El gobierno se encargó de que el billete verde escaseara y, por supuesto, produjo la estampida del dólar que quería evitar. Es una cuestión cosmológica: el que cree en la Naturaleza deja que las cosas fluyan y el que cree en el control quiere mandar sobre las cosas. Y se enoja cuando no obedecen. El cuento macro, avalado por sinnúmero economistas no necesariamente oficialistas, según y por el cual el flujo de verdes está bien controlado y gracias a las restricciones de importación y turismo y demás la cuenta de Moreno cierra y la divisa no tiene porqué subir ... se parece al cuento de la convertibilidad según y por el cual teniendo igual cantidad de dólares en el Central que pesos impresos circulando la Convertibilidad duraría mil años. Al "cerrar" la cuenta macro con las restricciones y demás el Gobierno ha revelado cual es la materia más escasa y por ende su precio sube. Todas las acciones normalmente esperables ocurren: el que tiene uno de esos billetes con la cara de Benjamin Franklin no lo cambiará para invertir aquí, y el que tiene billetes argentinos hará lo posible por obtener de los otros. El que tiene activos dolarizables los indexa por el dólar negro y el que no los tiene corre a comprarlos y acepta el precio indexado. Como una joya el Gobierno advierte que los depositos en pesos aumentan, producto de su eficiencia para cerrar la compra de divisas. Puede ser. Pero la avidez por sacarse lo pesos de encima prevalece: la mercadería se retiene, los aumentos de precio se convalidan, y si tener plata nacional es un problema ... Hay una ecuación en la minería que es así: Si la tasa de aumento de un metal es mayor a la tasa del banco, conviene no sacar un crédito para extraerla. Todo lo que vemos de aumento en el consumo, toda celeridad en las transacciones, ahora no es para producir. Es para atesorar. Hay otra Ley de otro alemán que dice que entre dos monedas a elegir siempre el individuo se quedará con la más confiable. Nuestros keynesianos leyeron eso de que la emisión estimula la producción combatiendo el atesoramiento... pero les falta un corolario: Es la emisión de la moneda más confiable lo que estimula - en ciertos márgenes y circunstancias - la actividad económica. La emisión de la moneda despreciable provoca - mas tarde o más temprano - huída a la moneda dura y si esto se cierra provoca atesoramiento de bienes indexables.

sábado, 19 de mayo de 2012

los mercados

La Razón Digital / ANF / La Paz 11:01 / 18 de mayo de 2012 Una fiebre comercial se apoderó de los habitantes de Villazón que aprovechan la devaluación del peso argentino para comprar en la vecina La Quiaca diferentes productos argentinos, aprovechando que 10 bolivianos equivale a 10 pesos argentinos, destacó hoy el diario El Tribuno, de Salta. En Villazón y La Quiaca existe un gran intercambio comercial que favorece a ambas poblaciones. La ciudad argentina es paso obligado para las exportaciones de arroz, harina y aceite entre otras mercaderías de Argentina, mientras los comerciantes bolivianos ofertan de desde ropa interior hasta lo más avanzado en tecnología. “Durante las últimas horas la situación cambiaria con respecto al peso argentino y la moneda boliviana llegó hasta equipararse en las casas de cambio de Villazón. Es decir un peso argentino equivale a un peso boliviano con diez centavos. Esta situación no se generaba desde los años 80 cuando el devaluado Austral (moneda argentina) solamente era un papel con números”, destaca el informe de El Tribuno. Los comerciantes de Villazón se rigen ahora por la cotización del dólar paralelo de Argentina y no al de los bancos argentinos. El dólar rondaba casi los seis pesos argentinos. “La devaluación del peso argentino corrió a la velocidad del viento. Por lo tanto los precios de los artículos se dispararon por las nubes”, agrega el reporte.

sábado, 12 de mayo de 2012

Esteban Rams

Esteban Rams, ingeniero barcelonés, se muda a Buenos Aires donde ayuda en los negocios de su padre, se establece en el Paraguay luego, en fin, bla bla bla, el primer episodio singular de su vida es cuando navega río abajo por el Paraná llevando en la bodega del barco el ataúd con los restos de su esposa y se encuentra con Garibaldi - si, con Garibaldi Pum, a la sazón jefe de la marina montevideana en guerra con Buenos Aires - y lo asaltan, y se roban todo, los marineros de Garibaldi se llevan inclusive el ataud de su mujer con su mujer adentro. Luego el Almirante Brown se bate con Garibaldi en Costa Brava y lo vence - Garibaldi envía unos botes incendiados río abajo pero se los esquivan, al final abandona sus barcos y camina de vuelta a Montevideo - y recupera el ataud (con la mujer adentro). Y le devuelven todo a Esteban Rams. Lo segundo es que Rams se apasiona con la idea de que el Río Salado del Norte es navegable y se juega todo por eso. Gasta hasta el último centavo en abrir la vía de navegación. Da la casualidad que arremete el primer intento durante una crecida y puede remontar bastante río arriba. En la segunda vuelta se concentra en excavar canales en los tramos más playos. Tarda quince meses pero sigue creyendo que el Noroeste se comunicará con el Atlántico por este río diagonal. Quiere hacer con el río lo que los ingleses hacen con el ferrocarril: fundar colonias a su márgen que favorezcan y sean favorecidas por la navegación fluvial. El gobierno de Santiago del Estero le dona territorio convenientemente infestado de indios hostiles - lo que importa, pensarán los políticos, es la intención. Rams no se amilana: funda Icaño - al día de hoy uno de los lugares más miserables sobre la tierra - y para favorecer a Icaño y a su agricultura excava canales de irrigación desde el Salado que por cierto funcionan. Todos en Santiago copian a Rams la idea de la irrigación. Y el Salado, cuyo régimen era de por sí irregular (a lo sumo podría ser navegable mitad del año) básicamente se desangra para alimentar a las regiones desérticas que cruza. Ahora, en la actualidad, suele pasar el verano como un hilito de agua. Esteban Rams, empresario naviero que se encargó de enseñarle a la gente cómo secar el río donde quería navegar, se las arregla para morir de cólera (enfermedad de típica transmisión hídrica) en Icaño, uno de los lugares más secos del país.