sábado, 19 de noviembre de 2011

El coronel Nicolás Denis



Los jesuítas, al ser expulsados, dejan a un montón de indiada a las vueltas, entre volver al monte y seguir rezando en la Capilla. Cosa de los borbones eso de expulsar a los jesuítas, muy Iluminista la cosa, pero poco práctica en la administración de las Américas. Curiosamente algunos de los caudillos que terminan con el reinado de los borbones extrañan el orden jesuítico: Estanislao López, caudillo santafesino, aquel que se complace en adornar su escritorio con la desecada cabeza de Ramírez El Supremo Entrerriano convoca a los abipones de San Jerónimo del Rey y les propone servir como defensa. Los trae más al Sur, los denomina Lanceros del Sauce - por El Sauce, paraje donde los destina. Un indio que no es Abipón sino de Diamante será su designado jefe, Nicolás Denis. Se encargan primero de defender Santa Fe, después de custodiar la ruta a Córdoba a lo largo de varios puestos. Cuando López va a la guerra con Paz los lleva de indios auxiliares a los abipones - indio auxiliar es ser refuerzo, mandadero, encargado de intendencias, de arrear ganado para la tropa principal, de armarles el corralito que los defienda a la noche, de juntar leña. Los abipones no van a la guerra para ser auxiliares, van por botín y por gloria. López se da cuenta que son unos pésimos auxiliares, diplomático les comunica que teme un ataque de los montaraces y les pide que vuelvan a sus puestos. Y vuelven.
Pero los abipones, con los temidos montaraces, no pelean mucho. Si al fin no son otra cosa que mocovíes, sus primos etnológicos. Mas bien conviven. Se reparten zonas de caza y temporadas. Estaban precisamente cazando todos los guerreros del Sauce al norte porque les tocaba el turno cuando Denis ya era viejo y se quedaba a cuidar el pueblo y a todas las mujeres. Y ya había empezado la colonización agrícola-sojera de la República, y ya se había fundado San Jerónimo Norte lleno de suizos con rifles de repeteción cuando una rubia niña es escuestrada y muerta por un gaucho matrero pero la comunidad helvética culpa a los cercanos indios sauceros - cuyo servicio de custodia, rifles de repeteción mediante, ya no es muy apreciado. Ademása les robaban vaca a menudo.
Se presenta la comisión gringa al Sauce, donde la fémina indiada se refugia en la Iglesia menos Denis que sale - al fin y al cabo es Coronel - a atajar a los colonos.
Lo matan a tiros.
- Morí, negro de mierda, que en el futuro serás peronista y apoyarás las retenciones - dijo o pudo decir el alemán líder de la partida.
- Oh, esto me pasa por ser un colonizado cultural, un Tío Tom, toda mi vida defendiéndo a los blancos y así me pagan. Debí afiliarme a Camioneros - dijo o pudo decir Denis y morir.
Pero por supuesto no dicen nada de eso. Contra lo que mi madre afirma - culposa colectiva, en su versión todas las indias son masacradas en la Iglesia y los asesinos quedan impunes - en realidad matan a una mujer más que acude a ayuda a Denis y no quedan impunes sino que son perseguidos por la autoridad provincial. El alemán líder se suicida antes de caer preso, por caso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario