La Sociedad Carnotista es estrictamente científica y cientificista. No cree en ningún charlatán de feria y menos aún en charlatanes de feria que por lo menos no sepan el Criterio de la Segunda Derivada y los principios básicos de la química.
El rejunte ocultista, místico, esotérico, platillista, newage, neonazi, peopacifista, hippismo, energía alternativas, vegetariano-filosófico y otras yerbas nos deja completamente indiferentes.
Los cultos secretos y agnósticos no nos mueven ni un pelo.
Los cultos secretos y agnósticos que proponen orgías iniciáticas con damas bien dotadas generan un cierto interés científico en el licenciado Lagger, pero nada más. Además nunca encontró alguno donde lo invitaran. La Sociedad nunca creyó que en el cerro Urtorco, al norte del valle de Punilla, en Córdoba, aledaño a la localidad de Capilla del Monte y un poco más allá San Marcos Sierra, tenga ninguna propiedad especial de alguna clase.
La concentración de gente loca vendiendo pirámides energéticas, óleos, cantando mantras y viendo ovnis en la zona obedece a un criterio gregario del colectivo creyente en esas cosas. No es que ahí pase nada, pero se juntan los que quieren ver cosas y consiguen verlas. Luego se reafirman unos con los otros. Un comercio subalterno de fruslerías del rubro alienta la presencia de los que ya viven de eso.
Al pie del Uritornco nunca estuvo entrerrado un objeto forjado por el dios vikingo-comechingón Voltan y entregado a la tribu para su custodia.
Herrera, un místico que habitaba en San Francisco de Córdoba, nunca estuvo en el Tibet donde recibió instrucciones de cómo encontrar el lugar para excavar el objeto. Jam´s debió volver por la cordillera, llegar hasta el cerro y extraer con sus propias manos el Bastón de Mando, un objeto de piedra oscura alargado con una punta más redondeada que la otra.
Herrera, probablemente, se favoreció de un residual de objetos indios que aún se encuentran en la sierra - como morteros, hachas de piedra, puntas, etc... - y en su delirio místico le atribuyó un historial a esa piedra alargada.
Años después conoció al profesor Terrera y se lo delegó. Porqué un charlatán místico sintoniza con otro charlatán místico es una cuestión de protección del negocio común. Pepsi puede hablar pestes de Coca Cola y viceversa pero ninguna puede afirmar hablando de la otra que las bebidas carbonatadas son una porquería innecesaria para la Humanidad.
Además estos cruces y transferencias permiten validarse mutuamente, cruzar clientelas, rafirmarse. Terrera, en fin, cuya grey fue mucho mayor a la de Herrera, heredó la piedra y aumentó su leyenda. El profesor Saruma, un individuo ya new age y platillista que llevaba a la gente a la cumbre del cerro por las noches para cantar mantras y ver luces místicas - y que afirma que bajo la montaá está la ciudad subterránea de Erks - también visitó a Terrera y le pidió ver el Bastón. En reciprocidad Terrera fue al cerro y vio luces.
En estas leyendas se nota, además, la influencia de charlatanerías mayores europeas aplicados a tierras sudamericanas. Los cultos esotéricos naziformes, para aludir a la superioridad de la raza aria - algo difícil de mantener en la tierra de la cumbia y el fernet - hablan de antiguos vikingos que se extraviaron tras descubrir América antes de Colón y llegaron hasta, por supuesto, el Uritorco. Los caballeros templarios habrían llegado a la Patagonia , huyendo de su exterminio en Europa, y trayendo el Santo Grial consigo.
En el Uritorco está actualmente la ciudad de los platos voladores, Parsifal el caballero místico, el Santo Grial, seguramente Adolfo Hitler, y no muy el lejos el Bastón de Mando lítico.
Entres los mitos para reafirmar esto se dice, desde luego, que el General Perón pidió el Bastón de Mando para que le diera energía pero los Doce Sabios que lo custodian se lo negaron.
Desde luego :
1) Perón está muerto.
2) Cuando estaba vivo nunca habló de este tema.
Por lo tanto el General jamás negó que fuera esto cierto y por lo tanto es cierto. Y así todo.
La Sociedad Carnotista, en fin, no tiene nada que ver con eso, no es la custodia del Bastón de Mando lítico, no es cierto que le fuera entregado a Gschwind nunca jamás, no es verdad que quienes afirman tener el Bastón de Mando tiene en realidad una réplica falsa y que sean los carnotistas los que ahora lo utilicen en ceremonias esotéricas para conectarse con el Cosmos.
Tampoco es verdad que la Sociedad haya puesto en venta el Bastón de Mando por un millón de dólares al mejor postor.
Eso no es así y el Licenciado Lagger desea aclarar además que por medio millón igual se puede entrar en conversaciones.
jueves, 7 de agosto de 2014
viernes, 25 de abril de 2014
Pupin y Heaviside
Como quiera que sea, después que tiraron el primer gran cable submarino para transmisión telegráfica de un lado al otro del Atlántico los mensajes se distorsionaban tras muchos kilómetros de cables y llegaban confusos. Puro ruido.
El Jefe de Telégrafos de su Majestad opinó que había que ponerle más potencia a la cosa, y le pusieron, a resultas de lo cual se quemó el primer gran cable submarino que cruzaba el Atlántico. En algún punto de su extensión su protección se habrá fundido, y kaput.
Heavisde opinaba exactamente lo contrario que el Jefe de Telégrafos de Su Majestad. No hacía falta más potencia, no hacía falta más capacitancia, sino más inductancia - que viene a ser, para ponerlo simple, como algo opuesto a la capacitancia.
Una bovina cada tanto distancia, para que el mensaje se retorciese sobre sí mismo y siguiese su camino.
Para el Jefe de Telégrafos de Su Majestad, había que gritar bien fuerte de una costa a la otra del Atlántico, para que el mensaje llegara bien..
Para Heaviside, no importaba que se debilite el grito, importaba que cierto eco lo mantuviese claro y limpio, No importa cuán débil, pero claro.
Publicó muy rápido, y se ocupó de la parte comercial muy luego, y la verdad es que su idea ya era de conocimiento generalizado para cuando atinó a sacar una patente. Habían expirados los cinco años de exclusividad y ya era - su idea - un bien de uso público.
Eso fue un gran problema para la ATT - American Telegraph and Telephonic Company _ porque lo que es de todos es de nadie y ellos querían la exclusividad sobre la idea de Heavisde.
No podían patentarla, pero podían patentar una mejora o variante sobre la misma.
Por cierto Heavisde no había aclarado cada cuánto convenía poner sus bovinas de inducción. Un investigador de la ATT, Campbell, halló una buena optimización de ello.
Pero a los abogados de la ATT les pareció que un invento - o mejora - interno sería voluble en los Tribunales. Cualquier juez diría que el monstruo capitalista se había birlado el genio de otro pobre inventor solitario Mejor comprar algo que la Oficina de Patentes ya le hubiese reconocido a un tercero.
En ese momento aparece Pupin, que había desarrollado lo mismo que Campbell, inclusive en forma más tosca, y le habían dado una patente por ello.
Le pagaron pues a Pupin medio millón de dólares por la patente del cable de larga distancia con bovinas de inductancia, un idea que básicamente era de Heaviside y que Campbell, de la propia ATT, había perfeccionado mejor.
Igual fueron a ver a Heaviside ,deseosos de contratarlo, pero les dio un portazo. Nunca le importó el dinero. Si le reconocían el mérito de la idea original estaba bien, sino que se fueran al demonio. Murió sordo, enfermo y pobre como había sido toda su vida.
Pupin iba cada tanto a la ATT, pero las frías miradas de los ingenieros que lo sabían titular de una idea principal que era ajena y una secundaria que otro había superado lo mortificaron más y más.
Publicó al fin "From inmigrant to inventor" y tuvo, otra vez, un éxito bárbaro. Fue el manual de todo escolar norteamericano que quisiera convertirse en giro-sin-tornillos durante varias décadas.
Para los que conocían toda su historia, el libro no sería en realidad el típico relato norteamericano sobre el triunfo personal sino un grito desde el Infierno dado por alguien atormentado por la culpa de explotar un mérito ajeno.
Pero vaya uno a saber.
El Jefe de Telégrafos de su Majestad opinó que había que ponerle más potencia a la cosa, y le pusieron, a resultas de lo cual se quemó el primer gran cable submarino que cruzaba el Atlántico. En algún punto de su extensión su protección se habrá fundido, y kaput.
Heavisde opinaba exactamente lo contrario que el Jefe de Telégrafos de Su Majestad. No hacía falta más potencia, no hacía falta más capacitancia, sino más inductancia - que viene a ser, para ponerlo simple, como algo opuesto a la capacitancia.
Una bovina cada tanto distancia, para que el mensaje se retorciese sobre sí mismo y siguiese su camino.
Para el Jefe de Telégrafos de Su Majestad, había que gritar bien fuerte de una costa a la otra del Atlántico, para que el mensaje llegara bien..
Para Heaviside, no importaba que se debilite el grito, importaba que cierto eco lo mantuviese claro y limpio, No importa cuán débil, pero claro.
Publicó muy rápido, y se ocupó de la parte comercial muy luego, y la verdad es que su idea ya era de conocimiento generalizado para cuando atinó a sacar una patente. Habían expirados los cinco años de exclusividad y ya era - su idea - un bien de uso público.
Eso fue un gran problema para la ATT - American Telegraph and Telephonic Company _ porque lo que es de todos es de nadie y ellos querían la exclusividad sobre la idea de Heavisde.
No podían patentarla, pero podían patentar una mejora o variante sobre la misma.
Por cierto Heavisde no había aclarado cada cuánto convenía poner sus bovinas de inducción. Un investigador de la ATT, Campbell, halló una buena optimización de ello.
Pero a los abogados de la ATT les pareció que un invento - o mejora - interno sería voluble en los Tribunales. Cualquier juez diría que el monstruo capitalista se había birlado el genio de otro pobre inventor solitario Mejor comprar algo que la Oficina de Patentes ya le hubiese reconocido a un tercero.
En ese momento aparece Pupin, que había desarrollado lo mismo que Campbell, inclusive en forma más tosca, y le habían dado una patente por ello.
Le pagaron pues a Pupin medio millón de dólares por la patente del cable de larga distancia con bovinas de inductancia, un idea que básicamente era de Heaviside y que Campbell, de la propia ATT, había perfeccionado mejor.
Igual fueron a ver a Heaviside ,deseosos de contratarlo, pero les dio un portazo. Nunca le importó el dinero. Si le reconocían el mérito de la idea original estaba bien, sino que se fueran al demonio. Murió sordo, enfermo y pobre como había sido toda su vida.
Pupin iba cada tanto a la ATT, pero las frías miradas de los ingenieros que lo sabían titular de una idea principal que era ajena y una secundaria que otro había superado lo mortificaron más y más.
Publicó al fin "From inmigrant to inventor" y tuvo, otra vez, un éxito bárbaro. Fue el manual de todo escolar norteamericano que quisiera convertirse en giro-sin-tornillos durante varias décadas.
Para los que conocían toda su historia, el libro no sería en realidad el típico relato norteamericano sobre el triunfo personal sino un grito desde el Infierno dado por alguien atormentado por la culpa de explotar un mérito ajeno.
Pero vaya uno a saber.
domingo, 1 de septiembre de 2013
Recuerdos del Hielo
En algún lugar de la Pampa templada el calentamiento global compite con la memoria de los concurrentes a la Ronda del Mate
- Cuando formábamos en la mañana del 25 de Mayo todos echábamos vapor por la boca y el campo, pasando el patio de la escuelita, blanqueaba - dice el tipo
Y los otros asienten con fervor, porque todo el mundo recuerda cómo eran aquellas festividades escolares, o no, quizás cada uno recuerda sólo una y la multilica por todas las que pasó.
- A la mañana, cuando te levantabas, el agua de la palangana estaba congelada - dice otro, y otros asienten, pero otros recuerdan que la gente ya no se levanta a la hora que nos levantábamos antes.
Otro individuo recuerda un canal congelado. Otro una telaraña entre dos hilos de alambrado, cubierta de rocío primero y convertidas en hilos las gotitas luego.
En un largo recuerdo, otro recuerda haber viajada a Venado Tuerno a comprar una tropa de novillos en una camioneta vieja, haber pasado por un bajo que estaba firme y duro a la madrugada pero haberse empantanado allí mismo a la vuelta.
- Era barro puro - deducía - pero a la ida lo encontramos congelado.
Y otras visiones de hielo y blancura portentosas los acompañan, cada vez más gloriosas cuanto más pretéritas y desaparecidas. Vaya a saber si es cierto que antes había frío y hielo por acá.
- Cuando formábamos en la mañana del 25 de Mayo todos echábamos vapor por la boca y el campo, pasando el patio de la escuelita, blanqueaba - dice el tipo
Y los otros asienten con fervor, porque todo el mundo recuerda cómo eran aquellas festividades escolares, o no, quizás cada uno recuerda sólo una y la multilica por todas las que pasó.
- A la mañana, cuando te levantabas, el agua de la palangana estaba congelada - dice otro, y otros asienten, pero otros recuerdan que la gente ya no se levanta a la hora que nos levantábamos antes.
Otro individuo recuerda un canal congelado. Otro una telaraña entre dos hilos de alambrado, cubierta de rocío primero y convertidas en hilos las gotitas luego.
En un largo recuerdo, otro recuerda haber viajada a Venado Tuerno a comprar una tropa de novillos en una camioneta vieja, haber pasado por un bajo que estaba firme y duro a la madrugada pero haberse empantanado allí mismo a la vuelta.
- Era barro puro - deducía - pero a la ida lo encontramos congelado.
Y otras visiones de hielo y blancura portentosas los acompañan, cada vez más gloriosas cuanto más pretéritas y desaparecidas. Vaya a saber si es cierto que antes había frío y hielo por acá.
viernes, 16 de agosto de 2013
Los que no saben adónde van nunca encuentran vientos favorables
En el apogeo del concepto, desde la sistémica se postuló la "cybernética de segundo orden" , esto es una cybernética que incluye al Observador, al ser consciente. El tipo, que regula el sistema vital interno ya regulador de por sí.
Margaret Mead lo postulaba así, y otros ilustres.
La Cultura está en un escala superior, y regula al tipo y sus costumbres. Margaret, que se fue a Samoa a ver cómo fornicaban los polinesios, escribió que la gente podía tener cualquier sexualidad - conservadora, promiscua , etc.. - pero que generalmente eran felices si hacían aquello que les permitía ser aceptados socialmente. Una recatada niña occidental - en aquel momento - o una liberada joven polinesia no estaban siguiendo ninguna cosa genética sino comportamientos adquiridos. La propia Margaret tuvo tres matrimonios, era partidaria del amor libre en cualquier estado civil y tuvo dos largas relaciones lésbicas - aunque estas últimas las ocultó dada la época. No parece alguien que buscase ser aceptado pero claro Margaret era una intelectual, imbuida del carácter de Observador Crítico que se pone fuera de la sociedad y la describe. Margaret era feliz contrariando toda la norma de la sociedad que la contenía y a la cual estudiaba para lo cual, de alguna forma, debía ser transgresora.
Luego está el Estado, en general administrado por gente que se cree hábil para engañar a la gilada y guiarla como un montón de borregos.
Las multitudes pueden ser estúpidas, quizás lo han sido siempre - esas masas insultando al Cristo que carga la Cruz o regocijándose de la guillotina que hace rodar nobles cabezas; esas masas venerando a Hitler o moliéndose a palos en las calles con sus conciudadanos por cuestiones que nadie entiende bien - pero ¿qué mejor podrían hacerlo?.
Los comportamientos colectivos son difíciles de consensuar. Por eso se aceptan las jefaturas y liderazgos y las normas de tránsito. En el Constitucionalismo, tan de moda, el tipo se considera mejor parado porque acepta reglas del juego que se expresaron antes, en algún fundacional momento por míticos prohombres - los Padres de la Patria - y eso le ataja en parte la prepotencia del cacique de ahora. Pero nada más.
Y aún lo que se hace en entera supuesta libertad está acotado. El tipo necesita interactuar, transar, hacer intercambios. Ajustarse. No tiene un negocio brillante porque escogió bien un negocio brillante sino porque muchos eligen comprarle lo que vende. Va al baile y tiene suerte con las minas porque las minas consensúan que él es atractivo según los cánones del momento. Si decide que le gusta una música rara puede darse el snob gusto pero no va a conseguir ir a muchos recitales. Si quiere participar del ritual le conviene que le guste el rock o la cumbia.
Si elige autoridades, o repite por lealtad a un patrón asumido u hereditario o apuesta entre dos que le informan como mejores candidatos posibles o rechaza un mando actual por su mayor oponente, cosas así. En el café puede explayarse con sus amigos sobre sus profundas teorías filosóficas pero en la urna tiene ese tipo de opciones y nada más.
En medio de una estampida puede detenerse y reflexionar sobre la conveniencia de que todo el mundo se calme y discutan para dónde ir. Mientras tiene estas lógicas ideas un matón atolondrado lo derriba de una trompada y le pasa por arriba, mas el tropel que le sigue, y el ser pensante muere pisoteado y los atolondrados se salvan (o no).
Toda esta realidad conductual choca con estereotipos que presumen racionalidad. La teoría de las decisiones racionales, etc... Fracasada ésta se le agregan aditamentos: la teoría de las expectativas. El tipo hace lo que no parece de movidas lógico porque espera que pase otra cosa. Si todos esperan que algo pase pasará o, al menos, por un rato será malo remar contra la corriente.
jueves, 8 de agosto de 2013
La sistémica criolla
Pocos pensadores sudamericanos aportaron a la Teoría de Sistemas y , en general, a la parafernalia de la Complejidad.
Los escritos de Gschwind al respecto se extraviaron paulatinamente en el Loquero de las Flores. El núcleo central de sus descubrimientos en la materia se perdieron una mañana en que Ceferino Velozo fritaba unos sábalos y no tenía papel para secar el aceite.
En la bibliografía de Von Bertalanffy sólo se menciona una argentina, Silvia Morales Gorleri de Tribiño, que en 1946 ganó un modesto premio académico con el ensayo "Una nueva orientación en la filosofía biológica: el organicismo de Luis Bertalanffy·" cuyo ejemplar más conocido - sino único sobreviviente - yace en la ubicación 338-Fa de la biblioteca de la Universidad Nacional de La Plata y se encuentra siempre disponible.
Nadie sabe lo que dice.
Luego está el chileno y doctor en Biología de Harvard Humberto Maturana y su discípulo Varela.
Maturana y su socio sí entraron en el panteón de los sistémicos. Publicaron varias cosas juntos y separados pero se consagraron por el concepto de "autopoeia".
La autopoeia o la máquina autopoiética se produce a sí misma, sus componentes generan componentes que agrandan o reponen la máquina misma. Si un Ford Falcon produjese más Ford Falcon mientras marcha, sería autopoiético. Pero no. Sólo lo vivo es autopoiético y Maturana por tanto lo puso por condición: Está vivo ese sistema cuya principal labor es hacerse a sí mismo todo el tiempo.
Luego, de tan prometedor, el concepto quedó flotando allí, portentosa definición con la cual no se sabe muy bien qué hacer a veces, pero en ello no es más deficitaria que los fractales maravillosos o la Estructura Disipativa de Prigogine.
Maturana y Varela sí aparecen, infaltablemente, en la biblografía de la sistémica y la complejidad. Citarlos es de rigor y un conjunto de autores que insisten publicar sobre el tema no se los olvidan nunca. La idea de autopoeia se replica así misma, de un libro al otro, a veces sin otro propósito que el de reproducirse, que es la condición básica para ser, precisamente, autopoiético.
Los escritos de Gschwind al respecto se extraviaron paulatinamente en el Loquero de las Flores. El núcleo central de sus descubrimientos en la materia se perdieron una mañana en que Ceferino Velozo fritaba unos sábalos y no tenía papel para secar el aceite.
En la bibliografía de Von Bertalanffy sólo se menciona una argentina, Silvia Morales Gorleri de Tribiño, que en 1946 ganó un modesto premio académico con el ensayo "Una nueva orientación en la filosofía biológica: el organicismo de Luis Bertalanffy·" cuyo ejemplar más conocido - sino único sobreviviente - yace en la ubicación 338-Fa de la biblioteca de la Universidad Nacional de La Plata y se encuentra siempre disponible.
Nadie sabe lo que dice.
Luego está el chileno y doctor en Biología de Harvard Humberto Maturana y su discípulo Varela.
Maturana y su socio sí entraron en el panteón de los sistémicos. Publicaron varias cosas juntos y separados pero se consagraron por el concepto de "autopoeia".
La autopoeia o la máquina autopoiética se produce a sí misma, sus componentes generan componentes que agrandan o reponen la máquina misma. Si un Ford Falcon produjese más Ford Falcon mientras marcha, sería autopoiético. Pero no. Sólo lo vivo es autopoiético y Maturana por tanto lo puso por condición: Está vivo ese sistema cuya principal labor es hacerse a sí mismo todo el tiempo.
Luego, de tan prometedor, el concepto quedó flotando allí, portentosa definición con la cual no se sabe muy bien qué hacer a veces, pero en ello no es más deficitaria que los fractales maravillosos o la Estructura Disipativa de Prigogine.
Maturana y Varela sí aparecen, infaltablemente, en la biblografía de la sistémica y la complejidad. Citarlos es de rigor y un conjunto de autores que insisten publicar sobre el tema no se los olvidan nunca. La idea de autopoeia se replica así misma, de un libro al otro, a veces sin otro propósito que el de reproducirse, que es la condición básica para ser, precisamente, autopoiético.
viernes, 2 de agosto de 2013
La Cosa que no es enteramente la Cosa cuando la llamamos Cosa
Como dijo Wittgenstein, el diccionario mocha y jamás define, porque todo lo que está en el diccionario ya fue definido o aproximado en otra parte.
Una "silla", por ejemplo, no puede ser descripta por una geometría exacta - como asiento plano de madera sobre cuatro patas -porque algunas sillas tienen un pie, otras tres. Hay una cosa de cuero que se pone sobre el lomo de un caballo e igual se llama "silla de montar". La silla puede estar definida por su función, objeto que los humanos usan para sentarse, pero los humanos pueden sentarse en el suelo, en el pasto, en un almohadón o en un tronco y estos no pasan a ser sillas. Si un tipo se para sobre una silla y da un discurso, no la usa para sentarse y sigue siendo una silla. Dar sillazos en la cabeza de otro es agredir con violencia utilizando una silla, no sentarse de golpe.
Ni que hablar de la palabra juego. Hay infinidad de juegos - hay juegos con juguetes, juegos de palabras, juegos con gestos, juegos físicos - así que un juego, que puede ser un tobogán o algo completamente inmaterial, no puede definirse por objetos. Tampoco por la actitud juguetona o infantil, porque hay muchos otros juegos. Hay juegos de guerra, juegos sexuales. Las cosas hacen juego cuando combinan bien. Un juego de llaves son varias llaves juntas. jugar es jugar o también hacer un rol. En mecánica práctica, si una pieza "juega" es que no encaja bien y que se mueve allí donde debería estar fija o segura, "tiene juego" se dice en tales ocasiones. Hablar macanas se dice jugar.
Entonces pues hay una palabra "silla" "juego" y hay una asociación mental con "eso" - lo que se quiere decir cuando se dice silla, lo que se quiere decir cuando se dice juego, hay la necesidad de nombrar pero el significado final se aproxima por el entorno de palabras, la frase, el sentido, la circunstancia, la cara del que lo dice. La verdadera silla mental es una nube de significados o conexiones mentales, el verdadero juego en la mente es un jardín de senderos que se bifurcan. La mente no es una base de datos precisos, como las tablas de una entrada, como las bases de datos. Es un ramillete de conexiones asociadas a una palabra que se usa para hablar con los otros.
Una "silla", por ejemplo, no puede ser descripta por una geometría exacta - como asiento plano de madera sobre cuatro patas -porque algunas sillas tienen un pie, otras tres. Hay una cosa de cuero que se pone sobre el lomo de un caballo e igual se llama "silla de montar". La silla puede estar definida por su función, objeto que los humanos usan para sentarse, pero los humanos pueden sentarse en el suelo, en el pasto, en un almohadón o en un tronco y estos no pasan a ser sillas. Si un tipo se para sobre una silla y da un discurso, no la usa para sentarse y sigue siendo una silla. Dar sillazos en la cabeza de otro es agredir con violencia utilizando una silla, no sentarse de golpe.
Ni que hablar de la palabra juego. Hay infinidad de juegos - hay juegos con juguetes, juegos de palabras, juegos con gestos, juegos físicos - así que un juego, que puede ser un tobogán o algo completamente inmaterial, no puede definirse por objetos. Tampoco por la actitud juguetona o infantil, porque hay muchos otros juegos. Hay juegos de guerra, juegos sexuales. Las cosas hacen juego cuando combinan bien. Un juego de llaves son varias llaves juntas. jugar es jugar o también hacer un rol. En mecánica práctica, si una pieza "juega" es que no encaja bien y que se mueve allí donde debería estar fija o segura, "tiene juego" se dice en tales ocasiones. Hablar macanas se dice jugar.
Entonces pues hay una palabra "silla" "juego" y hay una asociación mental con "eso" - lo que se quiere decir cuando se dice silla, lo que se quiere decir cuando se dice juego, hay la necesidad de nombrar pero el significado final se aproxima por el entorno de palabras, la frase, el sentido, la circunstancia, la cara del que lo dice. La verdadera silla mental es una nube de significados o conexiones mentales, el verdadero juego en la mente es un jardín de senderos que se bifurcan. La mente no es una base de datos precisos, como las tablas de una entrada, como las bases de datos. Es un ramillete de conexiones asociadas a una palabra que se usa para hablar con los otros.
jueves, 25 de julio de 2013
Importancia del Clip
Repentinamente el tipo cae en la cuenta que en la oficina nunca pero nunca compraron clips.
Clips, alfileres de gancho, ganchitos, esos alambrecitos doblados para agarrar papeles, el lector ya sabrá de lo que hablamos.
El tipo, remontándose en la memoria, no puede recordar ni una sola ocasión en que se hubieran adquirido. Se fija en un registro de compra de insumos, y nada. Pregunta, y nadie lo recuerda.
El tipo incluso recuerda cierta época en que se paraba frente a la ventanilla del cajero del Banco y además de retirarse con todos sus clips encontraba algunos más y los prendía a los papeles. Así debió abastecer a la oficina de una masa crítica de clips que han durado para siempre.
Llegan papeles de otros lugares, la gente los trae, y vienen con una ración de clips que perfectamente sustituyen a los que se van.
En todas las oficinas donde pregunta, en las colas, a otra gente oficinista, y nadie recuerda haber comprado clips.
Sin embargo cada vez hay más papeles, así que alguien debería estar agregando clips al sistema. Algunos clips se deforman, se pierden, se caen al piso. Debieran reponerse. Es notorio que ahora circulan clips de colores, a rayas, clips con una funda plástica. Ya no sólo los clips de alambre de acero desnudo de antes. Alguien aportó esos clips pretenciosos al sistema circulatorio de papeles.
Concluye, al fin, que la Oficina es un punto de acumulación de clips, entran más de los que salen. Aquí los papeles se estiban, se hacen legajos, se devuelven o se despachan en grandes bultos. Llegan en pequeños paquetes apretados con muchos clips y salen o se almacenan en formas que usan poco el clip.
Ergo, un excedente de clips siempre está presente en el ambiente.
El clip lo aporta al sistema el civil, el tramitante, el gestionante. Le dan un papel en la oficina A, otra en la B, otra en la Municipalidad, otros tres en la Escribanía y el tipo compra una caja de clips y la deja en un cajón y usa algunos para presentarse con papeles en el mostrador tal o cual. Los estudiantes compran clips para organizar sus papeles, las personas que inician un trámite de pensión, los que fundan un negocio por vez primera.
Comprar clips es entrar en el simbólico mundo del tráfico de papeles - luego, una vez que estás allí, vivirás reciclando los clips de todos los demás. La venta de clips podría ser un poderoso indicador de la creación de nuevos negocios y emprendimiento.
El consumo nacional de clips debería publicarse en la Bolsa de Comercio.
Clips, alfileres de gancho, ganchitos, esos alambrecitos doblados para agarrar papeles, el lector ya sabrá de lo que hablamos.
El tipo, remontándose en la memoria, no puede recordar ni una sola ocasión en que se hubieran adquirido. Se fija en un registro de compra de insumos, y nada. Pregunta, y nadie lo recuerda.
El tipo incluso recuerda cierta época en que se paraba frente a la ventanilla del cajero del Banco y además de retirarse con todos sus clips encontraba algunos más y los prendía a los papeles. Así debió abastecer a la oficina de una masa crítica de clips que han durado para siempre.
Llegan papeles de otros lugares, la gente los trae, y vienen con una ración de clips que perfectamente sustituyen a los que se van.
En todas las oficinas donde pregunta, en las colas, a otra gente oficinista, y nadie recuerda haber comprado clips.
Sin embargo cada vez hay más papeles, así que alguien debería estar agregando clips al sistema. Algunos clips se deforman, se pierden, se caen al piso. Debieran reponerse. Es notorio que ahora circulan clips de colores, a rayas, clips con una funda plástica. Ya no sólo los clips de alambre de acero desnudo de antes. Alguien aportó esos clips pretenciosos al sistema circulatorio de papeles.
Concluye, al fin, que la Oficina es un punto de acumulación de clips, entran más de los que salen. Aquí los papeles se estiban, se hacen legajos, se devuelven o se despachan en grandes bultos. Llegan en pequeños paquetes apretados con muchos clips y salen o se almacenan en formas que usan poco el clip.
Ergo, un excedente de clips siempre está presente en el ambiente.
El clip lo aporta al sistema el civil, el tramitante, el gestionante. Le dan un papel en la oficina A, otra en la B, otra en la Municipalidad, otros tres en la Escribanía y el tipo compra una caja de clips y la deja en un cajón y usa algunos para presentarse con papeles en el mostrador tal o cual. Los estudiantes compran clips para organizar sus papeles, las personas que inician un trámite de pensión, los que fundan un negocio por vez primera.
Comprar clips es entrar en el simbólico mundo del tráfico de papeles - luego, una vez que estás allí, vivirás reciclando los clips de todos los demás. La venta de clips podría ser un poderoso indicador de la creación de nuevos negocios y emprendimiento.
El consumo nacional de clips debería publicarse en la Bolsa de Comercio.
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