domingo, 9 de junio de 2013

equifinalidad, teleonomía, vitalismo

El "sistema", en su definición mas quintaesencica, tiene un propósito y ciertas fuerzas para lograrlo. No marcha a un estado final de simple agotamiento sino que se mentiene en la corriente, alimentándose de la energía materia e información que pasa cerca, intercambiando, perviviendo.
Lo más fácil es identificar al sistema con una conciencia intencionada o bien, históricamente hablando, las conciencas evolucionaron en este mundo como el perfeccionamiento de sistemas vivos que necesitaban concientizar sus inconcientes propósitos.
El "ser ahí" de Heiddeger es sólo eso. Se hubiera ahorrado casi todo el libro si lo hubiese sabido.
Una vez se identifica una conciencia la relación o conflicto con ella son mucho más fáciles de analizar para la entidad que ya es concienciente.  Por eso las teorías conspirativas, las sociedades secretas, el enemigo, la lucha de clases, las lógicas del poder, la Teoría de Juegos y tantísimo más. Atribuir el Mundo a una puja o sumatoria de conciencias es mucho más fácil.  El Humano emerge a la civilización tras algunos millones de años de tener en otros entes concientes sus mayores desafíos: los animales que deben cazarse o domesticarse, los predadores salvajes de los que defenderse, las tribus enemigas, el otro miembro de la tribu que quiere llevarse a la misma hembra o la jefatura de la banda.  Al resto del Universo se le asigna conciencia por default: espíritus del bosque, dioses del trueno, dioses del Olimpo, Dios, y se genera un comercio con ellos para negociar los bienes y desastres naturales: pitonisas, sacrificios, dádivas, sacerdotes intermediarios, rezos.
Más abismal aún es entender que aún los sistemas formados por muchas conciencias no obran como una conciencia sino como un sistema natural.  Tras una campaña publicitaria en la tele, se logra un cierto aumento en la venta de un producto. Al cesar la campaña, la venta empieza a decaer. Hará una logística o logarítmica curva de decadencia en las siguientes semanas y decaerá a un valor quizás un poco más alto que el previo a la campaña. Pero si se desagota un embalse, el caudal hará también hará una logaritmica curva de decrecimiento.
¿Sólo esos somos, inconcientes partículas en un flujo líquido?
No, pero a cierta distancia, sí. De cerca podemos ser poetas y de lejos un punto más en el estadio de camino a apretujarse en la puerta doce.

2 comentarios:

  1. la puerta doce viene a ser
    un primer movil aristotelico
    pero invertido ... el último freno

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