martes, 16 de octubre de 2012

El Teorema de Bayes y la Quiniela Salvadora

En los ingenios azucareros - y en todas las industrias que procesan 24 horas diarias, 7 días a la semana - hay tres turnos de trabajo de 8 horas cada uno con una guardia de gente que lo cubre y hay media guardia más - la "guardia relevante" -  formada por veteranos que saben ocupar al menos dos puestos de trabajo y que sustituyen al menos a cada obrero de los tres turnos una vez a la semana para que tomen su día de descanso.
El "Negro" Amarilla - que se apellidaba así y era de piel bien morena con lo cual conseguía denominarse como dos colores - vino a verme y me dijo:
- Ingeniero Ulschmidt, es imprescindible que yo esté siempre en la guardia relevante.
En los turnos el obrero ejecuta una rutina que rara vez no deja paso al tedio que deja paso a la fantasía que impulsa a vicios como el juego.
El obrero manual argentino, normalmente, es víctima del juego de quiniela, un juego de apuestas muy pequeñas que pagan premios muy altos pero tienen una probabilidad de ganar muy pero muy baja.
Desde luego, durante la inocente y prohibida ronda de mate que el Ingeniero Ulschmidt tolera para que su personal le sea deudor de un gran favor que a él nada le cuesta otorgar el profesional pontifica:
- Todos los juegos son para la banca. "De enero a enero, la ganancia es para el banquero". - ya acto seguido desarrolla alguna explicación para demostrar, en fin, que la Apuesta siempre es mayor al Premio por la Probabilidad de Ganarlo.
Su tertulia cabecea, y hasta acepta, pero por eso no dejan de apostar sus pesitos semanales. 
Y ello parece contradictorio hasta que introducimos a Bayes y pensamos que aplicadas al caso:
las probabilidades puras son: A Probabilidad de que un pobre se haga rico  B Probabilidad de ganar a la Quiniela y las probabilidades condicionadas son  A/B prbabiidad de que un pobre se haga rico ganando a la quiniela y B/A probabilidad de ganar la Quiniela si se es un pobre que se volvió rico.
Ahora bien, está claro que si uno es un pobre que se volvió rico sus probabilidades de ganar a la Quiniela son iguales que las de cualquier otro. O sea, P(B) = P (B/A)
Y, por algebraica igualdad, entonces la probabilidad de que un pobre se haga rico ganando a la Quiniela será igual a la Probabilidad de que un pobre se haga rico por cualquier medio.
Por lo cual se puede jugar nomás, sabiendo que por lo menos no se estan arruinando las posibilidades que uno tiene en la vida.
Eso no era, claro, lo que hacía el Negro Amarilla, que en realidad era levantador de apuestas y necesitaba estar en la Guardia Relevante para tomar contacto con todo el personal de la fábrica al menos una vez a la semana y tomarle la apuesta.  Agradecido por la buena marcha de su negocio hacía un asado durante la última guardia nocturna de cada semana, sin hacer humo ni quemar nada, pura carne asada sobre la tubería de vapor seco de ocho atmósferas y convidaba a su jefe. Bocato di cardinali.

1 comentario:

  1. llegamos a Bayes!!

    de paso, le recomiendo

    http://www.amazon.com/dp/0300188226

    anda por la web en pdf

    otro si digo

    Szilard y la entropia

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